EL ÁRBOL DE LA VIDA

Imagínate un árbol, el árbol de la vida.
En él, hay frutos.
En la vida a nuestros frutos los llamamos resultados.
Pero miramos los frutos y no nos gustan (no hay suficientes, no son buenos, son pequeños, no son atractivos, se caen al suelo...)


La mayoría de nosotros tiene tendencia a prestar más atención en los frutos, en los resultados, en lo material, en lo externo.

Sin embargo, ¿qué es lo que crea esos frutos concretos?

Las semillas y raíces.

Lo que hay bajo el suelo es lo que crea aquello que está por encima de él.
Significa que si quieres cambiar los frutos tendrás que modificar primero las raíces.


Si quieres cambiar lo visible, antes tendrás que transformar lo invisible.

La única forma de cambiar tu mundo exterior es

 transformando primero tu mundo interior.

;)