lunes, 16 de mayo de 2016

VIVIR EN MI CUERPO

Hace unos días le escribí una carta a mi cuerpo.
Expresé a través de la tinta de mi vieja pluma todo mi agradecimiento y amor.
Se lo debía a mi piel, órganos, células, articulaciones, sangre, pelo, ligamentos… y es que tantas veces damos por hecho que ahí está, cumple su misión a la perfección, nos sostiene sin descanso…

Hoy te sugiero rendirnos a la perfección de nuestro templo sagrado, agradecerle, amarle, pasar a la acción transformando hábitos para fortalecerlo, hacer una excursión interior desde la punta de tus cabellos hacia los dedos de los pies y sentir cómo se encuentra cada zona de nuestro cuerpo.

¿Cómo es vivir en tu cuerpo?
¿Vives cómoda en él?
¿De qué manera honras, cuidas y amas tu cuerpo?
¿Conoces todas las formas en las que lo agredes?
¿Qué partes de tu cuerpo luces y cuáles te incomoda mirar?
¿Qué se siente habitándote con amor y aceptación?
¿Lo llenas de luz con tu ilusión o intoxicas con un discurso tóxico?

Con una práctica como la que hoy te invito a hacer es como dejé hace tres años de fumar. 
Lo había intentado en varias ocasiones y no lograba abandonar el cigarro. 
Hasta que un día reflexioné:

Una persona que se ama y ama su vida… ¿fuma? ¿abandona sus sueños? ¿mantiene relaciones tóxicas? ¿se pone en último lugar? ¿lleva la corona colgando? ¿ingiere alimentos no saludables? ¿se apalanca durante horas frente al tv? ¿está siempre disponible para los demás y no para ella misma? ¿olvida practicar sus hobbies? ¿crea dependencias? ¿no pone punto y final a lo que no le conviene? ¿hace que las cosas sucedan o se abandona? ¿cree que no puede lograr lo que se proponga?

Se trata de vivir la mejor vida posible y de ser la mejor versión de nosotros mismos.
¿Cuál es tu excusa para no lograrlo?

















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