jueves, 8 de mayo de 2014

UN CORAZÓN GRANDE PARA COMPARTIR

Ilustración de SoleyCata Mondeart

El ser humano está compuesto por 4 aspectos; 
espiritual, mental, emocional y físico.

La medicina antigua se encargaba de atender cada uno de estos aspectos para poder determinar cuál era el mal del enfermo.
 Sólo de esa forma podrían encontrar el motivo del mal que se estaba manifestando en el cuerpo del paciente.
Desde esta perspectiva, la enfermedad se genera por un desequilibrio o desbalance entre alguno de los 4 aspectos, 
y es necesario revisar cada uno de ellos para poder llegar a una verdadera sanación.

Teniendo en cuenta esta premisa, podemos decir que 
el paciente adopta un rol protagónico en su sanación, 
debido a que no solo debe sincerarse y conocerse en profundidad para poder captar en qué punto de la rueda está atascado,
 sino que además está obligado a 
poner atención y presencia en cada uno de sus actos.

¿Por qué debe estar atento y presente? 
Porque solo a través de la observación consciente 
podrá notar si sus pensamientos, sus emociones, sus valores y su cuerpo están en armonía.

No podríamos decir que estamos equilibrados si
 ejercitamos nuestro cuerpo a diario 
pero construimos pensamientos cargados de temor,
 provocando ansiedad emocional y 
una aparente separación de la Fuente.

La verdadera salud consiste entonces en equilibrar nuestros componentes naturales, asumiendo la responsabilidad de nuestra propia sanidad.

Laura Sosa

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